Por: Wendi Villagrán

La madurez física a menudo viene antes de la madurez emocional. Madurar significa comprender que no hay amor más grande que el amor propio para aprender y aceptar lo que la vida nos presenta y avanzar. La madurez emocional no viene de la nada; requiere trabajo, esfuerzo, buena voluntad y el deseo de mirar hacia adentro y conocernos mejor, con tu cabeza y corazón en perfecta armonía.

Características de las personas maduras

Ser maduro significa enfrentar la realidad tal como es, a menudo mucho más dolorosa de lo que nos gustaría. Aquí hay siete características de las personas emocionalmente maduras.

1. Saber decir adiós es madurez emocional

La mayoría de nosotros estamos muy asustados, especialmente cuando se trata de aflojar los lazos y permitir que la vida fluya. Pensar que el pasado era mejor es muy doloroso; Nos impide dejar ir y soltar.

Las personas emocionalmente maduras saben que la vida se vuelve mucho mejor cuando viven en libertad. Así que sueltan lo que no es de ellos, porque entienden que aferrarse al pasado nos impide cerrar los ciclos y sanar nuestras heridas emocionales.

2. Pueden mirar su pasado sin dolor

Limpiar el dolor de nuestro pasado es absolutamente necesario para continuar en nuestro camino emocional y poder madurar. Las malas hierbas crecerán rápidamente; si no limpiamos nuestro pasado, no veremos lo que está cerca ni podremos apreciar el presente.

Las personas emocionalmente maduras saben lo importante que es vivir, sobresalir y aceptar en el presente lo que ha sucedido.

Lo que pasó ayer ya quedó atrás; no podemos cambiarlo, solo podremos aprender a verlo de manera diferente, pero mientras no aceptemos las cosas como son, no podremos hacerlo.

Cuando perdemos contacto con nuestro ser interior, no nos alejamos de él, sino que permitimos que lo negativo de nuestro pasado intervenga en nuestra vida presente. Eso es muy doloroso. Por lo tanto, una vez que hayamos aprendido lo suficiente sobre nuestro dolor, perderemos el miedo de mirar hacia adentro y podremos sanar nuestro pasado emocional para dar otro paso en la vida.

3. Pueden reconocer lo que sienten y piensan

La madurez emocional nos ayuda a comprender mejor nuestros propios sentimientos y los de los demás. Las personas emocionalmente maduras se esfuerzan por examinar sus opiniones o analizar cómo se sienten. Para crecer debes tener cuidado con lo que dices, respetar lo que escuchas y meditar sobre lo que piensas.

La claridad mental de las personas maduras contrasta con la pereza y el caos mental de las personas inmaduras. Por lo tanto, la madurez emocional ayuda a resolver eficazmente los problemas cotidianos.

4. No se quedan en la queja

Dejar de quejarse es la mejor manera de alentar el cambio. Las quejas pueden atraparnos en laberintos sin salida. Las personas emocionalmente maduras ya han aprendido que somos lo que pensamos.

Si actúas más y te quejas menos, significa que estás creciendo emocionalmente. Quejarse de todo, sin tratar de resolver nada es una manera de vivir una vida pobre e infeliz, la persona madura emocionalmente puede quejarse, pero sale de allí rápido para ir en busca de una solución a lo que la aqueja.

5- Pueden ser empáticos sin ser influenciado por las emociones de los demás

Las personas emocionalmente maduras se respetan a sí mismas y a los demás. Tienen la capacidad de conectarse lo mejor posible con otros; esto significa saber escuchar, hablar e intercambiar información con alguien y a su vez, mostrarles apoyo.

6- No se castigan por sus errores

Aprendemos de nuestros errores; El fracaso nos permite ver las formas en que no debemos seguir. Las personas maduras no se castigan a sí mismas porque tienen limitaciones, solo las aceptan y tratan de mejorar, saben que las cosas no siempre van como quieren pero ellos pueden reconocer lo que deben cambiar, sin hacer «rabietas». Cada error es una buena oportunidad para el crecimiento personal.

7- Se abren emocionalmente

Las corazas emocionales son cosa del pasado. Es muy importante tener compromiso, amor, confianza en uno mismo y confianza en las personas. Alguien con madurez emocional no busca el perfeccionismo y no espera la perfección de los demás. Trata de dejar atrás los conflictos y perdona, incluyéndose a sí mismo.

La persona emocionalmente madura toma el control de su vida, crea su propia cosmovisión y ambición de éxito. En el desarrollo de la madurez emocional, la vida se convierte en alegría y no en un deber.

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Psicología y Reflexiones

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