Por: Wendi Villagrán

El Día Mundial del Agua, según la Organización de las Nacionales Unidas, se centra en explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI, el cambio climático supone problemas asociados a los recursos hídricos como las inundaciones, sequías y la contaminación del agua que se agravan con la deforestación o degradación de los bosques en el planeta, fenómeno que también supone un gran reto en Guatemala.

El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Esta celebración tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.

Este año el Día Mundial del Agua trata de lo que significa el agua para las personas, su verdadero valor y cómo podemos proteger mejor este recurso vital. La forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte. El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible.

En Guatemala existen 349 áreas protegidas que abarcan la tercera parte del territorio nacional, dentro de ellas nace la gran mayoría de ríos del país y su existencia es vital para garantizar el suministro del agua.

Tres áreas protegidas son protectoras de manantiales, una de ellas, la Cordillera Alux la cual provee alrededor 21 millones de metros cúbicos de agua para abastecer a más de 300 mil personas. Por otro lado, el 13% de los espejos de agua dulce del país están resguardados por la Reserva de la Biósfera Maya, mientras que la Reserva de Biósfera Sierra de las Minas produce agua para medio millón de guatemaltecos.

Las áreas protegidas son fundamentales para el manejo racional de las fuentes y suministros de agua, cuencas críticas de los ríos, las zonas protectoras de los suelos agrícolas que permiten mantener opciones de desarrollo sostenible.

La Gestión Integrada del Recurso Hídrico -GIRH- a nivel de las Áreas Protegidas, es de suma importancia debido a la utilidad que este servicio ecosistémico brinda, así como las múltiples formas de uso en el sector agrícola, pecuario, forestal e hidrobiológico, finalmente lo crucial del vital líquido para consumo humano, consumo para flora y fauna, uso en el turismo, en el sector industrial, entre otros.

El recurso hídrico es considerado un servicio ecosistémico de vital importancia para la conservación y uso sostenible de la Diversidad Biológica; razón por la cual, se hace un llamado a la población a tomar conciencia sobre el uso racional del agua; además su relación con los bosques los cuales cumplen una función importante en la regulación del ciclo del agua.

“Asegurar los bienes y servicios ambientales de las áreas protegidas es primordial para el bienestar de la presente y futura generación”.

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