La transformación digital y las nuevas tecnologías marcaránel nuevo perfil profesional

Por Julio R. Jolly Moore,

Socio Director de Global Advisory Solutions

Hace unos cuantos días finalizó el Congreso Regional Centroamericano de Auditoría Interna 2020 que se llevó a cabo mediante la modalidad virtual debido a la emergencia sanitaria que sufren la mayoría de las naciones del mundo.

En esta oportunidad el desarrollo de la logística del Congreso estuvo a cargo de representantes de Guatemala, El Salvador y Nicaragua quienes, junto a conferencistas de otras naciones de Argentina, España,  Colombia, Panamá, Estados Unidos, Ecuador y República Dominicana.

La diversidad de puntos de vista, junto con el estudio de casos concretos, nos permitió tener un panorama mucho más claro de cuál será el rumbo de esta profesión durante las próximas décadas.

Próximos pasos

Está claro que la transformación digital, más uso de modelo estadísticos predictivos, de muchos procesos en la toma de decisión y en las gestiones personales, así como fenómenos de los últimos tiempos (Ciberseguridad, fraude informático, robo de información privada y suplantación de identidades, entre otros) nos pone frente a nuevo dilemas y desafíos que obligan a cambiar por completo la forma cómo desempeñamos nuestras funciones en el sector público y privado.

Los congresos como el mencionado representan una excelente oportunidad para un intercambio provechoso de información máxime en los actuales momentos en que la Pandemia de Covid-19 cambió por completo la forma como se gestionan los negocios, aparecen nuevos riesgos y el mercado demanda de nosotros una actitud mucho más pro activa en la propuesta de soluciones.

En adelante se impone una reingeniería total del perfil profesional del auditor interno que deberá encaminarse hacia una evaluación mucho más precisa del entorno con mayor comprensión de la estrategia y los procesos del negocio, enfoque en prevención, promoviendo que las organizaciones  gestionen mejor sus riesgos y valor agregado para detectar a tiempo los posibles focos de peligros que puedan dañar el buen desempeño organizacional o que causen grandes perjuicios económicos.

Junto con la Pandemia de Covid-19 el contexto político actual exige del Auditor Interno moderno convertirse en un agente activo para promover sociedad más democráticas donde prime una adecuada cultura de rendición de cuentas que promueva la eficiencia en el uso de los recursos.

Esa meta se logrará únicamente con una transformación de mentalidad para comprender que en la nueva realidad lo único permanente será el cambio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *