Demasiadas preguntas y pocas respuestas, un virus que vino a modificar nuestras vidas para siempre. Èsta es la realidad de un microorganismo cuyas consecuencias nadie supo prever.
Surgen muchas dudas entre los padres sobre el Coronavirus , el experto en niños Dr. Jorge Arturo Garcìa nos explica por medio de un segmento de preguntas y respuestas, lo que los padres debemos saber tratando de resolver algunas de las cuestiones que muchas personas se han hecho durante este desconcertante tiempo, desde que inició la Pandemia
¿Pueden contagiarse los niños?
Sí
Mientras que todos los niños pueden contraer el virus que causa la COVID-19, no se enferman tan frecuentemente como los adultos. En su mayoría, los niños tienen síntomas leves, o no tienen síntomas.
De acuerdo a la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación de Hospitales para Niños, en los Estados Unidos los niños representan aproximadamente un 9% de todos los casos de la COVID-19. Los índices de hospitalización para niños han sido mucho más bajos que para los adultos. Pero si los niños son hospitalizados, necesitan ser tratados en la unidad de cuidados intensivos con la misma frecuencia que los adultos, de acuerdo a investigaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Además, los niños pueden transmitir el virus a otras personas. Eso puede ser peligroso, especialmente para las personas de mayor edad o que tienen otros problemas de salud.
¿Qué síntomas tienen los niños?
Mientras que los niños y los adultos presentan síntomas similares de la COVID-19, los síntomas en los niños tienden a ser más leves y parecerse a los del resfriado. La mayoría de los niños se recupera en una a dos semanas. Sus síntomas pueden incluir:
Fiebre
Congestión nasal o goteo de la nariz
Tos
Dolor de garganta
Falta de aire al respirar
Fatiga
Dolor de cabeza
Dolores en los músculos
Náuseas o vómitos
Diarrea
Comer poco o falta de apetito
¿Hay niños con más riesgo de tener una infección grave?
Los niños con afecciones subyacentes, como obesidad, están a mayor riesgo de enfermarse gravemente con la COVID-19. Los niños que tienen una enfermedad cardíaca congénita, afecciones genéticas, o enfermedades que afectan el sistema nervioso o el metabolismo como los diabéticos o enfermedades renales también están a más alto riesgo de enfermarse gravemente con la COVID-19.
La investigación también sugiere índices desproporcionadamente más altos de la COVID-19 entre los niños hispanos y de raza negra (no hispanos) comparados con los niños de raza blanca no hispanos. Los niños hispanos y los de raza negra no hispanos también tienen índices más altos de hospitalización.
Rara vez algunos niños pueden desarrollar una afección grave que parece estar asociada con la COVID-19.
¿Qué pasa con los niños asmáticos?
Es posible que los niños no se vean gravemente afectados por SARS-CoV-2 por alguna razón indefinida hasta la fecha, pero aún pueden ser portadores y podrían transmitir el virus a personas vulnerables, incluidos parientes de edad avanzada.
Por lo tanto, el distanciamiento social ha incluido a los niños, obligando a suspender las clases.
Hasta la fecha, la literatura no es concluyente sobre si el asma preexistente aumenta el riesgo de infección o la morbilidad/mortalidad por COVID-19 en niños.
La mejor manera de prevenir una exacerbación es el uso constante y adecuado de medicamentos para controlar el asma, como los corticosteroides inhalados y/o montelukast.
Como resultado, los niños deberían permanecer con sus medicamentos actuales contra el asma durante el COVID-19.
Otras recomendaciones para mantener el control del asma incluyen evitar los desencadenantes conocidos como los aeroalérgenos, lavado frecuente de manos, distanciamiento físico y revisión periódica de la técnica de uso del inhalador.
¿Existe tratamiento para los niños?
No existe tratamiento específico alguno por el momento, únicamente se sugiere la observación, el aislamiento, la hidratación y el tratamiento sintomático.
Es importante que su hijo se quede en casa y que se aparte de otras personas hasta que su médico o enfermero le diga que es seguro que retome sus actividades normales. La decisión dependerá de cuándo hayan comenzado los síntomas del niño y, en algunos casos, de si se hizo la prueba y el resultado fue negativo (lo que indica que ya no tiene el virus en el cuerpo).
¿Conseguiremos un tratamiento que sea curativo? Seguro. ¿Cuándo? No lo sabemos. ¿Habrá vacuna?
No se conoce ningún tratamiento específico para el COVID-19. La mayoría de los niños saludables que se infectan pueden recuperarse en casa, y por lo general mejoran en el transcurso de una o dos semanas.
Los médicos están estudiando varios tratamientos para determinar si podrían servir para tratar el COVID-19. En ciertos casos en que los niños reciben tratamiento en el hospital, los médicos podrían recomendar probar esos tratamientos o participar en un estudio clínico. Un estudio clínico es un estudio científico en el que se prueban nuevas medicinas para ver cómo funcionan.
Hasta el momento en materia de vacunas existen varios ensayos que están agotando el agotar las fases para determinar si son seguras y efectivas, a pesar de muchas publicaciones de prensa no se dispone de ninguna en la actualidad. Todas están en fases de investigación científica y ética.
¿Si un niño ya se contagió, puede con el tiempo contagiarse de nuevo?
Por tratarse de una enfermedad nueva, no existen evidencias sobre si la inmunidad específica adquirida contra SARS CoV-2 es permanente o temporal. Todo está en fase de investigación.
¿Se toman las mismas medidas en un niño que en un adulto?
A pesar de ser una misma enfermedad, los niños siempre requieren medidas diferentes a los adultos, dado que los niños en su mayoría no padecen de los mismos factores de riesgo que los adultos.
Si su hijo tiene fiebre, tos u otros síntomas de COVID-19, llame a su médico o enfermero para que le diga qué hacer y si es necesario que vea a su hijo en persona.
Si cuida de su hijo en su casa, el médico o enfermero les dirá a cuáles síntomas prestar atención. Algunos niños que tienen COVID-19 empeoran repentinamente luego de haber estado enfermos durante alrededor de una semana. El médico o enfermero puede decirle cuándo llamar al consultorio y cuándo pedir ayuda de emergencia. Por ejemplo, debe pedir atención de emergencia de inmediato si su hijo:
●Tiene dificultad para respirar
●Siente dolor o presión en el pecho
●Tiene los labios o la cara azules
●Tiene un dolor agudo en el área del estómago
●Actúa confundido o no actúa normalmente
●No puede despertarse o mantenerse despierto
Si tiene un bebé y este tiene dificultades para alimentarse normalmente, debe llamar al médico o enfermero para que lo asesore.
Recomendaciones
Hay muchas medidas que se pueden tomar para prevenir que tu hijo se enferme con la COVID-19 y, si se enferma, para evitar contagiar a otros. Los CDC y la OMS recomiendan que tú y tu familia:
Mantengan las manos limpias. Se laven las manos con frecuencia con agua y jabón por lo menos durante 20 segundos. Si no dispones de agua ni jabón, usa un desinfectante de manos que contenga por lo menos un 60% de alcohol. Se cubran la boca y la nariz con el codo o un pañuelo descartable al toser o estornudar. Desechen el pañuelo descartable usado y se laven las manos. Eviten tocarse los ojos, la nariz, y la boca. Hagan que sus hijos se laven las manos inmediatamente después de volver a casa, así como después de usar el baño y antes de comer o preparar comida. Les muestren a sus hijos pequeños cómo crear pequeñas pompas de jabón al frotarse las manos, y cómo hacer entrar el jabón entre los dedos y hasta las puntas de los dedos, incluyendo los pulgares y el dorso de las manos. Los animen a que canten dos veces la canción entera de “Feliz cumpleaños” (aproximadamente 20 segundos) así pasan el tiempo que necesitan para limpiarse bien las manos.
Practiquen distanciamiento físico Eviten contacto cercano (menos de 6 pies o 2 metros) con cualquier persona que esté enferma o que presente síntomas. Reduzcan al mínimo las salidas de la casa. Si es posible, dejen a los niños en casa cuando salgan. Como las personas sin síntomas pueden contagiar el virus, no permitan que sus hijos se encuentren en persona para jugar con niños de otras casas — aunque todos ellos se sientan bien. Si sus hijos juegan afuera de la casa, asegúrense de que se mantengan a 6 pies (2 metros) de las personas que no vivan en su casa. Pueden describir esta distancia a su hijo como el largo de una puerta, o una bicicleta para adultos. No permitan que sus hijos jueguen a juegos o practiquen deportes en que compartan su equipo, como una pelota de básquetbol, o en los cuales no puedan mantener distancia física. Pospongan las visitas en persona de su hijo a adultos mayores. Animen a sus hijos a seguir en contacto con sus amigos y seres queridos a través de llamadas telefónicas o en conversaciones por video. Para mantener a sus hijos ocupados, consideren organizar comidas familiares virtuales, y noches de juegos, o encuentros virtuales para jugar con otros niños.
Limpien y desinfecten su casa. Concéntrense en limpiar todos los días las superficies que se tocan con frecuencia en las áreas compartidas de la casa, como mesas, perillas de puertas, sillas con respaldo duro, interruptores de luz, controles remotos, dispositivos electrónicos, manijas, escritorios, inodoros, y lavabos. También limpien las áreas que se ensucian con facilidad, como la mesa para cambiar al bebé, y las superficies que sus hijos tocan con frecuencia, como las superficies de su cama, la mesa de manualidades, la caja de los juguetes, y los juguetes. Usen agua y jabón para lavar los juguetes que sus hijos se pongan en la boca. Asegúrense de enjuagar bien y de secar estos juguetes. Laven la ropa de cama de los niños y sus juguetes de peluche lavables cuando sea necesario y a la temperatura más alta posible. Sequen por completo estos artículos.
Lávense las manos después de tocar las pertenencias de sus hijos. Si cuidan a un bebé que tiene la COVID-19, lávense las manos después de cambiar los pañales o de tocar la ropa de cama, los juguetes, o los biberones del bebé.
Pónganse mascarillas de tela. Los CDC recomiendan ponerse mascarillas de tela en lugares públicos, como el supermercado, donde es difícil evitar el contacto cercano con otros. Esto se recomienda especialmente en las áreas donde se continúa propagando el virus en la comunidad. Este consejo está basado en datos que muestran que las personas con la COVID-19 pueden trasmitir el virus antes de darse cuenta de que lo tienen. Si tu hijo tiene 2 años o más, haz que se ponga una mascarilla de tela cuando ustedes salgan de casa y a la comunidad, para prevenir la trasmisión de la COVID-19 a otros. No les pongas una mascarilla a los niños menores de 2 años, a los niños que tengan cualquier problema para respirar, o a un niño que tenga una afección que le impida sacarse la mascarilla sin ayuda.
Además, continúa con las visitas de bienestar del niño, y actualiza sus vacunas. Esto es especialmente importante para los bebés y los niños menores de 2 años. Muchos proveedores de atención médica en comunidades afectadas por la COVID-19 están usando estrategias para separar las visitas de bienestar de las visitas para niños enfermos al atender a los niños enfermos en áreas separadas de sus consultorios o en ubicaciones diferentes. Si tu hijo debe ir a una visita de bienestar, habla con su médico sobre las medidas de seguridad que están tomando. No dejes que el miedo del contagio con el virus que causa la COVID-19 sea un obstáculo para que tu hijo se dé las vacunas que prevengan otras enfermedades graves.
Seguir las pautas para prevenir la trasmisión del virus que causa la COVID-19 puede ser particularmente difícil para los niños. Continúa siendo paciente. Sé un buen ejemplo, y así será más probable que tus hijos imiten lo que haces.
Dr. Jorge Arturo Garcìa
Pediatra