El evento más importante de América Latina eCommerceDay a celebrarse en Guatemala del 28 al 30 de marzo, en donde más de 18 países dialogarán sobre Digital Commerce, es la antesala para hablar sobre transformación digital y de cómo esta se ha transformado derivado a la pandemia.
Durante la pandemia del Covid-19 se logró evidenciar que en los últimos 2 años surgieron cambios de hábitos en los modelos de negocio. Según el ITU WorldTelecommunication/ICT Indicators, cerca del 70% de la población en América Latina y el Caribe es usuaria de internet, tendencia que ha impulsado a las organizaciones a enfrentarse a uno de los más grandes retos, crear una plataforma tecnológica a la medida, que permita entregar experiencias consistentes y sin friccióna través de una red de canales físicos y digitales, integrados y colaborativos, materializando la verdadera transformación digital.
En el sector minorista, se ha reflejado un incremento exponencial en los canales digitales, 6 de cada 10 usuarios entre los 16 y 64 años compran algo por internet todas las semanas, esto es equivalente a un 58% donde el ingreso promedio anual por usuario de comercio electrónico en bienes de consumo es de 1.017 dólares a nivel global y ronda los 300 dólares en la región de LATAM.
“Los retailers centroamericanos para enfrentar con éxito los retos que propone la transformación, deben considerar la omnicanalidad como pilar estratégico, embarcarse en el ecosistema digital, tomar decisiones con base en datos, entre otros que lo diferencie del sector y garantice la sostenibilidad del negocio”, afirmó Manuel Díaz, Head of Retail Business Development de Pragma.
Acciones clave para lograr que los retos de trasformación se cumplan exitosamente:
- Buscar siempre estar bien acompañado:Buscar aliados, partners, proveedores y equipo interno que tenga experiencia sobre tecnología y buenas prácticas de implementación.
- Crear una cultura y un efecto de red: Acelerar y adoptar nuevos modelos de negocio es crucial ante el cambiante y competitivo mundo empresarial. Un cambio de paradigmas que restructure la cultura organizacional, provocando en ella mayor agilidad y rapidez en su toma de decisiones.
El centro de toda acción debe ser el cliente, trazando cada estrategia de forma clara y consistente, las inversiones, cambios y decisiones deben atender los requerimientos del cliente, superando expectativas en calidad y tiempo.
- Ampliar la participación digital de las ventas:El mundo digital no tiene por qué eclipsar el mundo físico. Si las ventas en canales digitales aún son muy bajas comparadas con las físicas, lo primero que se debe hacer es fortalecer los canales digitales, solo así la transformación se presentará como una evolución natural, optimizando las estrategias, integrando de forma óptima todos los canales de contacto y atención al cliente.
- La tecnología como apalancador: La implementación del Big Data, la computación en la nube, la inteligencia artificial entre otros es clave para conseguir esa ventaja competitiva en el mercado.
- Cuidar en detalle la experiencia de los clientes: Los clientes son el activo más preciado. Se debe entregar experiencias memorables, sin fricción, rápidas e intuitivas. Los clientes son personas que interactúan a través de todos los canales que las compañías ofrecen, ellos deben de verse de manera unificada, sean usuarios de e-commerce o de la tienda física.
- Data, data, data:No se puede seromnicanal sin datos. Extraerlos de todos los canales, consolidarlos y visualizarlos es un paso necesario para tomar decisiones basadas en información relevante, busca las herramientas para que la organización sea “data-driven”.
“En Pragma, desde hace más de 26 años hemos aportado en la transformación tecnológica de las compañías, siendo un referente e importante aliado para la industria de retail y sector bancario, donde una visión conjunta nos permite apoyarles en el desarrollo y evolución de sus proyectos tecnológicos”, señaló Gabriel Acero, director de omnicanalidad en Pragma. La transformación digital no solo implica la digitalización de los procesos, sino repensar por completo la manera cómo funcionan las empresas, desde sus procesos productivos, su cultura y su infraestructura tecnológica y por supuesto, el liderazgo de las directivas quienes deben impulsar estos cambios y la adopción de la cultura ágil.